Biografía:Director, productor y guionista de cine británico nacido en Londres. A la edad de dieciséis años empieza a trabajar como director de publicidad en Exclusive Films Ltd., una pequeña compañía distribuidora fundada por su abuelo Enrique Carreras, de origen asturiano, y William Hinds (conocido como William Hammer). Ese mismo año –1943— ambos inauguran una pequeña empresa de producción, de cuya fusión con Exlusive Films saldría en 1947 la mítica productora Hammer Films. Durante aquel período Michael confecciona seis cortos musicales y un documental publicitario sobre el turismo. El nombre de Michael Carreras se ha asociado a la mítica productora británica, Hammer Films, desde sus origenes hasta 1979, año en el cual cierra las puertas la productora sajona. Michael Carreras ocupó cargos de relevancia en la productora hasta llegar a tomar las riendas del grupo, primero como Presidente y más tarde como Director General, encargándose de forma especial de los Estudios Bray. A pesar de que sus primeras inquietudes se canalizaban más hacia el terreno de la escritura que al de puramente gestor o de creativo, los consejos de su padre y de Jack Goodlatte —un empresario cinematográfico— acerca de la conveniencia de producir films de bajo presupuesto decantaron la balanza hacia un sector en el que se desenvolvería con suma destreza. Sin embargo, a principios de los sesenta, Michael Carreras decide emprender nuevos horizontes, dejando momentáneamente la Hammer —a la cual retornaría diez años más tarde—, creando su propia compañía de producción, la Capricorn Films, con títulos alejados del fantástico. De sus films fantásticos en calidad de director cabe destacar, Maniac (1963), a pesar de la utilización un tanto abusiva del zoom, y una adaptación de un relato de Bram Stoker, Sangre en la tumba de la momia, realización que tuvo que terminar el propio Carreras debido a la repentina muerte de un director hoy injustamente olvidado, Seth Holt, además de tener que resolver la salida precipitada de Peter Cushing tras el fallecimiento de su mujer. Desgraciadamente, Michael Carreras acabaría arruinado tras la precipitada caída de la Hammer con el único pero suficiente consuelo de haber participado decisivamente en la expansión de una productora depositaria de un enorme prestigio y de una ejemplar trayectoria.